Resulta difícil poder plasmar en
este texto todo lo que hemos vivido durante esta Misión Sanitaria
organizada por Yakaar África,
en País Bassari, Senegal, del 23
de enero al 14 de febrero de 2022.
Imaginaros, una misión que
empezó a formar su nuevo equipo en octubre de 2021 y que tuvo su fecha de salida
en plena sexta ola de la pandemia COVID19, momento en el que la aparición de la
variante ómicron había conseguido que en España tuviéramos la incidencia
acumulada más alta, y que cada uno de los miembros del equipo tuviera
compañeros, familia y amigos infectados y aislados. La incertidumbre de si podríamos o no hacer
la misión era total (ver AQUÍ).
Finalmente, fue posible. El 23 de febrero, la “misión sanitaria de la
resistencia” emprendimos el viaje cargados de medicamentos y material sanitario,
pero también de ilusión y cierto temor por lo que nos podríamos encontrar. Llegamos a un país donde, a nivel sanitario, el coronavirus era uno de
los temas menos prioritarios. Donde la sanidad es un verdadero lujo que la
mayoría de su población no se puede permitir, quedando desprotegida, (la
sanidad no es gratuita y deben de pagar por la atención y medicamentos). Donde
hay una escasez de profesionales de salud formados y una falta de recursos e infraestructura
sanitaria tremenda. Y donde la mayoría de la población es atendida en puestos
de salud, por el agente de salud comunitaria y la matrona, ya que los escasos
médicos que hay están en los hospitales.
Acertadamente, nuestra primera
visita fue a la farmacia (donde compramos aquellos medicamentos que pensábamos
que nos podrían faltar, a parte del cargamento que traíamos desde España y donde
vimos los trámites y dificultades para la compra de fármacos que existía) y al
hospital de Kedougou, hospital más cercano a la zona de País Bassari, donde
deberíamos derivar para pruebas o ingreso a nuestros futuros pacientes.
Imaginaros que baño de realidad recibimos, cuando nos mostraron la “unidad
neonatal”, unidad que no era atendida por pediatras (pues no disponían) y donde
el apoyo respiratorio máximo que podían proporcionar eran gafas nasales.
Durante la misión, hemos estado
en las poblaciones de Dindefelo, Dande,
Pelel, Afia, Nenefessa, Thiabedji y Bandafassi donde hemos montado nuestro
punto de atención sanitaria en puestos o centros de salud, colegios e incluso
en un hospital abandonado, donde al llegar acondicionábamos el espacio y preparábamos todo el
material, equipo y fármacos que llevamos para atender a la población. En esta misión, hemos atendido a más de 1000 niños.
En pediatría, todo niño que
acudía lo pesábamos, tallábamos y medíamos. Además, la ONG implementa un
proyecto
de detección y tratamiento de la anemia y desnutrición en menores de 5
años. Por tanto, a todos estos niños, sistemáticamente les hacíamos una
hemoglobina
capilar (
ver AQUÍ)
y el
MUAC (medición de la circunferencia del brazo superior izquierdo) (
ver
AQUÍ).
El disponer de analizadores de hemoglobina automático nos permitió diagnosticar
gran cantidad de casos de anemia en niños y adultos.
A parte de anemia y tiña que parecían
ser los problemas más básicos que presentaban los niños, quizás, los casos
que más vimos en pediatría estuvieran relacionados con procesos
infecciosos respiratorios y diarreas. También diagnosticamos varios casos
de malaria y de drepanocitosis (enfermedad hereditaria de la
sangre) e iniciamos tratamiento.
Así como casos de
desnutrición, a los
que les proporcionamos suplementos alimentarios y derivamos a los agentes de
salud o enfermeros de la zona para su seguimiento. Durante estas semanas,
pudimos ver de primera mano cómo, aquí, la
lactancia materna es un
elemento clave para la supervivencia de los neonatos y lactantes. Gracias a que
la mantienen durante un par de años, consiguen complementar la escasa
alimentación de la que disponen, que se centra mayoritariamente en arroz y fonio.
Muy pocos pueden tomar alimentos
proteicos. Aquí la tetanalgesia, (método
que en nuestro ámbito es una medida no farmacológica de tratamiento del dolor),
las madres la aplican de una manera natural, y los niños se cogen a la teta
para alimentarse, pero también para
tranquilizarse.
Desde pediatría, se
cribaron gran cantidad de casos relacionados con hernias umbilicales,
frenillos, y otros problemas que precisaban cirugía que posteriormente, serían
intervenidos por otra ONG, así como también se realizaron diversas derivaciones al
hospital para pruebas y/o ingreso.
También acudieron niños con problemas neurológicos, síndromes o malformaciones
congénitas, incluso
problemas cardiacos y oncológicos. Cada vez que acudía un niño con este tipo de problema de
salud, nos entristecíamos pensando que el derecho a la salud y a una mejor
calidad de vida, lamentablemente, está vinculado al lugar al que nacemos. Durante días, estos casos me
generaban frustración y me preguntaba: realmente, ¿que estemos aquí les ayuda?
No podemos cambiar sus vidas. Pero nos íbamos encontrando con otros casos con
patología aguda que mejoraban en horas con los tratamientos intravenosos y
cuidados que les administrábamos. Y pensaba… Sólo por estos ya ha valido la
pena.
Me quedo con la imagen que nos
proporcionaban los niños cuando llegaban con sus madres o sus
hermanos mayores, algunos super asustados al ver que una “tubab” (persona
blanca) se acercaba a ellos para pesarlos, tomarles la temperatura o
explorarlos. Otros, por muy pequeños que fueran, nos mostraban una mirada
tímida y curiosa, que al final se transformaba en una sonrisa. Es
curioso cómo lográbamos conectar con algunos niños a pesar de las dificultades
de comunicación que podíamos tener por el idioma.
Ha sido toda una experiencia
formar parte de este equipo sanitario. Con vosotros (Isabel, Javi, Rubén, Reme,
Helena, Amparo, Cristinas y Silvina) repetiría misión en cualquier punta del
mundo. Un equipo que se ha mantenido unido y ha regalado sonrisas y buen humor
a diario, pese al gran esfuerzo realizado y pese a que “nuestra ruleta” no ha
parado de girar.
También ha sido todo un lujo
conocer a los futuros enfermeros de los poblados en los que estuvimos que beca
para su formación la ONG.
Gracias a nuestros compañeros
senegaleses, traductores, conductores, estudiantes de enfermería… que trataron
transmitirnos y sensibilizarnos, en todo momento, de las necesidades de salud
que tiene su población y sus carencias, así como su voluntad de cambio. Sin vosotros esta misión hubiera sido
imposible.
“Gràcies Cristina Durá per
pensar en mí i proposar-me per a formar part de l'equip de pediatria” (esto es
el “sumun de “nuestras tapaderas”) y como no, a Isabel Chacón (nuestra
“chef de terreno”) y a Jose María Piñero por confiar en su criterio y
por apoyarnos y cuidarnos estos días. Las
nuevas incorporaciones esperamos haber conseguido superar la “prueba” y haber
estado a la altura.
Gracias a nuestras familias, amigos
y compañeros que también han apoyado esta misión proporcionándonos ropa, calzado,
gafas, juguetes, material escolar…. que hemos dado a aquellas personas que
creíamos que más lo necesitaban.
Me llevo la mochila cargada de
historias de vida, vivencias, imágenes, personas y abrazos, que creo que me acompañaran
durante un largo tiempo... De momento, esta noche (estas
palabras las he escrito la mañana siguiente de llegar a España), no he podido
dejar de soñar y revivir muchas de las vivencias de los últimos días.
Gracias Yakaar África por brindarme la posibilidad de vivir
esta experiencia y, sobre todo, por luchar con vuestros proyectos para que el
derecho a la salud sea una realidad en Senegal.
Otros enlaces. Resumen de la misión por Yakaar África:- Preparados para comenzar
- Primer día de trabajo en Dindefelo
- Historias de la misión
- Pelel
- Desnutrición, escuela y huertas. Seguimos..
- Afia
- Nenefessa. 1ª parte
- Nenefessa. 2ª parte
- Thiabedji,. Seguimos trabajando
- Sorpresa. Puesto sanitario Isabel Chacón
- Thiabedji. Viene a visitarnos Idiatou
- Bandafassi